Artículos - La Hoja Federal
Nº 20 - 5 de Noviembre de 1999.
Un reconocimiento tardío
La Justicia decretó su propia torpeza
Los jueces Parera, Moldes y Puricelli de la Sala I de la Cámara en lo Criminal de Morón resolvieron liberar a los cuatro raptores y asesinos de un empresario en El Palomar porque se le pasaron los plazos.
Gravedad de la Ley
Debido a que una Ley de la Provincia de Buenos Aires establece que ningún detenido puede permanecer como tal sin sentencia firme por más de tres años, y dado que la ineficiencia de todo el sistema judicial que actuó u omitió hacerlo en este caso, no cumplió con su deber al resolver a tiempo, los tres autores del horrible crimen que dejó un cadáver corroído, una viuda y dos hijos sin padre, están ahora caminando libremente.
La Ley que inspiró a dos de los magistrados basa sus antecedentes en el Tratado de San José de Costa Rica, el que sin indicar plazos precisos aduce que los detenidos no pueden permanecer en prisión preventiva más allá de un plazo razonable, pero el espíritu irresponsable del legislador interpretó que un plazo razonable pueden ser tres años.
Evidentemente, la redacción en abstracto hace que la vista parcial de los legisladores que diseñaron y aprobaron la bochornosa norma, den por resultado esta obra que en correcto y preciso romance castellano debiéramos llamar paparruchada.

Teoría de la Relatividad
La relación de tres años puede ser atinada en algunos casos, desmedida en otros y extremadamente leve en el que hoy nos preocupa.
Esto me recuerda la pregunta de un profesor en uno de los exámenes finales de la carrera de ingeniería, el que exigió a un alumno que le indique si un 3% era mucho o poco; a lo que el joven, sólo él sabe en que cosa pensaba cuando, respondió alegremente:
- ¡Es poco!...
Inmediatamente el profesor preguntó sin esperar la respuesta... ¿Así que... si cuando salimos de este claustro, donde somos aproximadamente cien personas, y sólo tres son atropellados y mueren?... ¿a usted le parece poco?... ¡Retírese de inmediato... Su nota de hoy es un uno!...
Cabe la relación con los legisladores que cometieron esta barrabasada... En mi caso particular los calificaría con cero.
A ello no escapa la disidencia del Juez Jorge Ricardo Puricelli en el fallo, ya que el error de procedimiento fue previo, y sobre él también debe caer la vergüenza del resultado.
Si somos respetuosos de la Ley, no debemos más que admitir que estos sujetos queden libres; pero sí podemos exigir que el peso de la Ley recaiga sobre quienes permitieron que esto ocurra; no los que perpetraron el delito en sí, sino quienes por torpeza permitieron que nuestra sociedad sea cada día más injusta.
Lex, dura Lex...

El Hecho
Los cuatro homínidos de los que presentamos sus fotos, confesaron y se acusaron mutuamente del rapto a Pedro Peralta Martín, un empresario metalúrgico de 49 años de edad que tenía esposa y dos hijos.
Esto ocurrió el 10 de Mayo de 1996. Luego de amordazarlo y atarlo, lo golpearon hasta dejarlo inconsciente, lo introdujeron en un barril de metal y lo rociaron con cal viva; esto produjo la posterior muerte por asfixia del empresario.
Concluída esta atrocidad, comenzó la farsa para cobrar un rescate de 600.000 pesos, hasta que la policía atrapó a tres de los cuatro delincuentes el 31 de Mayo, 21 días depués, mientras llamaban por teléfono a la familia Peralta Martín.
El procedimiento concluyó con la detención del cuarto, quien había sido el mentor de esta inhumanidad.

Los facinerosos fueron convocados presumiblemente por Emilio Cancian, quien había sido socio del secuestrado y conocía al tornero Eduardo Cortiletti, proveedor de los ex socios. Por su parte, Carlos Pagés, ex suboficial de Ejército, protagonista de una de las rebeliones de militares carapintada, militaba en el MODIN junto a Dante Tartaglini, en cuya casa encontraron el siniestro barril con los resto corroídos de la víctima.

Lamentamos ocupar espacio en la red con las fotografías de los indeseables, pero si usted es vecino de la zona oeste del Gran Buenos Aires, puede compartir su libertad con alguno de ellos, hasta que sean sometidos a juicio o se escapen.
Esta barbaridad debe ser atribuida a la ineptitud del sistema judicial de la Provincia de Buenos Aires.

Por Gustavo P. Forgione


Emilio Cancian

Eduardo Cortiletti

Carlos Pagés

Dante Tartaglini
 

Ver La Hoja Federal de hoy

© 1999 - La Hoja Federal - Partido Federal