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Bandera Argentina


Año 11 - Número 123

República Argentina, 22 de Abril de 2009.

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Sumario:

De ahora en más - Dos años de control - Por Gustavo P. Forgione



De ahora en más

Dos años de control

Esta será la labor del Congreso Nacional

Por Gustavo P. Forgione

Las próximas elecciones legislativas implican un desafío para las fuerzas opositoras. Durante los últimos tiempos llegamos a acostumbrarnos a oír voces de descontento en el Congreso Nacional, pero eran solamente un testimonio de que existe representación popular, ya que el aparato del gobierno kirchnerista en las cámaras no permitía llevar a buen término las iniciativas y defensas de las minorías.

 

Un modelo vetusto

En todo gobierno populista resulta estrictamente necesario mantener las mayorías absolutas en el Poder Legislativo, puesto que las decisiones son tomadas en soledad por quien ostenta el Poder Ejecutivo. Naturalmente, quien debería generar, debatir y someter al voto de la representación popular y estadual los proyectos legislativos, resultan un escollo en el modo de operar de este tipo de gobiernos.

Afortunadamente, la ciudadanía en general está advirtiendo los beneficios de la República, hoy en detrimento, pero también, quienes hasta hace poco tiempo soportaban el acompañamiento de esta inercia política, por haber sido aplicada en forma gradual; la que solo fue advertida desde un principio por quienes persistimos en mantenernos en una posición crítica de este método autoritario, mal llamado "modelo" y que debería permanecer en un museo.

El próximo 10 de diciembre se renovará buena parte de la Cámara de Diputados; la evidente misión actual de refrendar irresponsablemente los mandatos de la presidencia de la Nación por parte de sus representantes en el Congreso, deberá tornarse en la representación popular, función para la que fueron elegidos y aún no han cumplido.

Por estos días vemos surgir el real objetivo del modelo, manifestado descaradamente por uno de los secretarios de la presidente de la Nación, quien advirtió, ante las diferencias de criterio con el sector agropecuario que "vamos por todo".

No solo el campo, los mercados granarios y cárnicos, las jubilaciones y el mercado financiero serían el objetivo de este grupo del gobierno, sino también la industria. Por su parte, el ministro de Vido amenazó con "quedarse" con una de las fábricas de tubos sin costura más importantes del mundo, apelando al modo de sustracción que su amigo Chávez practicó con SIDOR, la subsidiaria de TECHINT en aquel país que ejerce la política neo-bolivariana.

No está lejos el ejemplo de Aerolíneas Argentinas, donde el método local fue aplicado por los representantes del gobierno en el Congreso con todo éxito, contra los representantes del pueblo y a un costo desmesurado para el erario.

Una vez más, pueblo y gobierno se encuentran en veredas distintas; finalmente, el pueblo está advirtiéndolo.

Congreso custodiado...

El Desafío

Los pronósticos para las próximas elecciones indican una fuerte inquietud de los ciudadanos en "elegir" realmente a sus representantes. Es perceptible la decisión popular de evaluar las propuestas de los distintos frentes como no ocurría desde hace muchos años.

El desafío, tanto de la oposición como de quienes acompañen al oficialismo, será explicar sus posturas respecto de los próximos años de actividad parlamentaria, principalmente.

Por parte de los candidatos del oficialismo, su difícil misión será la de confesar la devoción al método utilizado durante estos años por el gobierno; el que nos llevó al estado actual, que seguramente será aplaudido por sus obsecuentes y votantes cautivos.

La misión de quienes queremos para nuestro país un mejor futuro que el propuesto por este sistema llamado "modelo", será la de manifestar el compromiso de volver a hacer funcionar los mecanismos de la República. Esto implica controlar al Poder Ejecutivo y al Judicial, para recuperar la seguridad, en todas las acepciones que dan sentido a la palabra.

 

Peligro inminente

"Capricho irresponsable", no fue sólo un título, sino la calificación que dimos a la decisión de la presidente de adelantar las elecciones nacionales, en la edición anterior de La Hoja Federal.

Esta innovación genera un peligro mayor que el de evitar la formación óptima de candidaturas en las filas de la oposición. El peligro real radica en la incertidumbre que se generará en la representación popular hasta que asuman los representantes elegidos.

Durante ese lapso, los representantes que hoy detentan la mayoría en las cámaras, otorgarán un poder extralimitado al Poder Ejecutivo, al ungir apresuradamente sus proyectos antes de que asuman los nuevos representantes; por ello no es de extrañar que se hagan realidad los planes de expropiación de empresas privadas de cualquier rubro; que se endurezca el dominio de la presidencia sobre el Poder Judicial y que se traben todas las iniciativas tendientes a controlar racionalmente los miles de millones de pesos que "administra a piacere" la A.N.Se.S., desde la expropiación de los fondos jubilatorios privados, entre otras calamidades.

Ante este escenario, la función de los futuros legisladores que realmente evidencien la representación popular será la de ir controlando los avances del gobierno central por sobre los intereses de la sociedad, para actuar luego, cuando asuman sus mandatos varios meses después de ser elegidos.

El control

El 10 de diciembre, habrá que comenzar una tarea ciclópea de reconstrucción de la República, la que seguramente será resistida por esta gestión de gobierno que solo entiende de confrontación como si la posición crítica fuera el enemigo.

La obligación de los futuros legisladores estará centrada en evaluar el comportamiento de los funcionarios; rejerarquizar la función de los organismos descentralizados y de los entes públicos no estatales, velando por su independencia plena; pronunciarse sobre la legitimidad de las decisiones arbitrarias avaladas durante este período caprichoso y, finalmente, legislar como se ha mandado.

 

Obligaciones perdidas

Varias obligaciones del gobierno han sido olvidadas durante estos años de gestión arrogante:

Las ruidosas disputas con todas las ramas del aparato económico del país han dañado severamente el esquema productivo y sistemas que funcionaron eficientemente por casi dos siglos, el intento de destrucción de los mercados de granos, de hacienda y de capitales han diezmado la capacidad de colocar la producción sin depender de algún oportuno funcionario, y de financiarse genuinamente para seguir produciendo en forma independiente.

El intento de desarmar al país, bajo el pretexto de una pelea psicológica de los funcionarios del gobierno con las fuerzas de seguridad, nos ha dejado inermes y sin una mínima capacidad de disuasión ante una eventual hipótesis de conflicto.

Es difícil aseverar un juicio sobre la independencia del Poder Judicial y el Consejo de la Magistratura, pero los resultados están a la vista.

La pésima calidad de nuestras relaciones exteriores establecida por el Canciller, llegaron a colocarnos en una calamitosa situación respecto del mundo, solamente comparable con la experimentada momentos previos a la Independencia Nacional, algo que será difícil de remontar si seguimos siendo los compadritos del sur.

 

Renovar el Congreso

La evolución de nuestra legislación ha estado adormecida por estos años de gestión kirchnerista; los cambios que se han llevado a cabo radicaron exclusivamente en la posibilidad de que el Estado Nacional se apropie de los recursos de los ciudadanos, tanto de los trabajadores como de los productores, de los empresarios como de los industriales.

No extraña que los debates más resonantes que hemos visto en el Congreso Nacional hayan sido solo los que procuraron la apropiación estatal de los fondos jubilatorios y su capital atesorado, el impuesto incorporado en las retenciones móviles a los granos y, entre otros, la estatización de Aerolíneas Argentinas a precios formidables para el expropiado. Todas estas normas solo tendieron a enriquecer al estado nacional en detrimento de la sociedad, y darle poder a algunos funcionarios o gestores sobre la generación de riquezas.

Se han propuesto, y se han tratado en las comisiones, pero jamás se han votado en el recinto los proyectos tendientes a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos; los destinados a mejorar la logística para la producción; los dedicados a optimizar la seguridad en cualquiera de sus aspectos...

Un caso resonante por su silencio es la radarización del país. Es fácil recordar que a los pocos días de asumir la presidencia, Néstor Kirchner se ocupó de derogar el "Plan Nacional de Radarización", aduciendo que el proyecto que venía de la presidencia de Menem era caro y traía una carga de corrupción insostenible. En vez de los 850 millones de dólares RADAR MDZpropuestos, él prometió que con algo de 500 lo iba a realizar, y sumando tecnología local... Al cabo de varios años, eso no ocurrió; los radares siguen siendo los mismos, con la sola diferencia de que dejan de funcionar, sospechosamente, en determinados momentos y en las zonas fronterizas más necesarias.

La discusión sobre este caso ejemplar quedó junto con los 20 mil millones de China, con el Tren Bala, con la línea aérea LAFSA, con la ayuda a Tartagal y con todas las promesas que solo existieron en palabras o papeles que se llevó el viento.

 

Una mala costumbre

Nos hemos acostumbrado a que el Poder Ejecutivo disponga y sus representantes en el Congreso refrenden, a que el Poder Ejecutivo sugiera y la justicia acate.

Falta poco para las elecciones, pero aún falta mucho para el recambio de representantes en el Congreso; nuestra obligación como posición crítica es poner un ojo en el desempeño del gobierno y otro en sus próximos y dos últimos años de gestión, para tener un país más respetable cuando sea la oportunidad de otra gestión de gobierno que quiera presidir un país próspero.

Entonces, será hora de terminar con esta costumbre que nos está costando la República.

Gustavo P. Forgione

 

 

 

 

 

 

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