ANTERIOR - ÍNDICE - SIGUIENTE

 

 

La Hoja Federal

Número Extraordinario

Correo de la Tarde,

editorial del 11/12/58

 

Nuevos Manejos Cambiarios

Sería un error establecer retenciones y recargos en nuestro comercio exterior

Desde hace un cuarto de siglo los pro-ductores del campo pagan con su traba-jo y su capital muchas de las aventuras política, económicas y financieras que se han ensayado en el país. Este pago forzoso se ha hecho efectivo mediante el manejo de los tipos de cambio. Un reciente estudio estadístico, publicado por la revista Economic Survey, de-muestra que en el período 1934 / 1957 las diferencias por dicho concepto, con respecto a los productos de la agricultura y ganadería alcanzaron la suma de $60.800.000.000.
Estos fondos fueron utilizados para subsidiar muchas importaciones; hasta ahora importamos combustibles mediante el tipo de cambio oficial de m$n 18 por cada dólar, y como es sabido, el mercado oficial se alimenta, en gran medida, con las divisas que pro-duce el campo. Además, dichos fondos fueron utilizados también para subsidiar el consumo, de manera que 

todos los habitantes del país pudiéramos consu-mir ciertos productos a un precio más bajo, gracias al trabajo de algunos habi-tantes.

El efecto más importante del sistema de retenciones a la exportación es que el campo no se ha podido capitalizar. Si esas sumas se hubieran dejado en manos de los productores, ellas habrían sido invertidas en las explotaciones y las posibilidades actuales de nuestra exportación serían bien distintas.
Estas reflexiones son oportunas frente a la inminente reforma del sistema cam-biario. Es público que una de las medidas esenciales de tal reforma, será la unificación de los mercados de cam-bios, con una tasa libre y fluctuante. Pero según algunos comentarios que han trascendido, se piensa también en la posibilidad de implantar un sistema de retenciones a la exportación y recar-gos a la importación; de tal manera, el mercado único de cambio 

se converti-ría, en los hechos, en un mercado múlti-ple.

En nuestra opinión esta postura es criti-cable porque: 1º) significaría mantener el sistema de contralor oficial en nuestro comercio exterior, con todos sus efec-tos nocivos ya experimentados; 2º) establecería diferencias según el criterio de los funcionarios y no según los mecanismos naturales del mercado, como debe ser; 3º) desalentaría nueva-mente las exportaciones, cuya promo-ción debe ser un objetivo esencial de toda política que se proponga superar nuestra actual situación económica. Además, los recargos a las importacio-nes producirían un incremento en los costos de producción, con la conse-cuencia ulterior de elevar aún más el costo de la vida e impedir la expor-tación de productos manufacturados. Todas esas razones nos inclinan a pen-sar que sería un error establecer reten-ciones y recargos en nuestro comercio exterior.


Editoriales

Un diario para esta época

Está terminando la era de la demagogia

Estabilización o caos

Estatismo y liberalismo

Volver a la bandera

Expropiación o despojo

Gobierno, gobernantes y gobernados

La hora de todos

La Babel de la democracia

Argentina y Chile

Ejemplo venezolano

Nuevos manejos cambiarios

La convivencia en el Perú

Responsabilidad... sin término

Incondicionalismo

Las calificaciones del personal docente

Correo de la Semana Clausurado por el Proceso - ¡Y AHORA HABLO YO!

ANTERIOR - ÍNDICE - SIGUIENTE